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Confesión de fe en perspectiva menonita Confesión de fe en perspectiva menonita
Creemos que toda Escritura es inspirada por Dios por medio del Espíritu Santo para instrucción en la salvación y adiestramiento para la justicia. Aceptamos las Escrituras como Palabra de Dios y como metro plenamente seguro y fiable para la fe y la vida cristianas. Procuramos comprender e interpretar las Escrituras en armonía con Jesucristo, guiados por el Espíritu Santo en la iglesia. Creemos que Dios estuvo activo a través de los siglos en el proceso por el que los libros del Antiguo Testamento y del Nuevo fueron inspirados y escritos [1]. Por el Espíritu Santo, Dios impulsó a testigos humanos para que escribiesen lo que es necesario para la salvación, para la guía en fe y vida, y para la devoción a Dios [2]. Aceptamos la Biblia como la Palabra de Dios escrita. Dios ha hablado de muchas y diversas maneras por los profetas y los apóstoles [3]. Dios ha hablado sobre todo en la Palabra viva que se hizo carne y reveló la verdad de Dios fielmente y sin engaño [4]. También reconocemos que la Escritura es la Palabra de Dios plenamente fiable y segura, escrita en lenguaje humano [5]. Creemos que Dios sigue hablando mediante la Palabra viva y escrita [6]. Puesto que Jesucristo es la Palabra hecha carne, la Escritura en su totalidad tiene en él su centro y cumplimiento [7]. Reconocemos que la Escritura es la fuente y la norma con autoridad para la predicación y enseñanza sobre la fe y la vida, para distinguir entre la verdad y el error, y para guiar la oración y el culto. Otras fuentes para entender la vida y la fe cristianas, tales como la tradición, la cultura, la experiencia, la razón, y los poderes políticos, han de ser puestas a prueba y corregidas a la luz de las Sagradas Escrituras [8]. La Biblia es el libro esencial de la iglesia. Por medio de la Biblia, el Espíritu Santo nutre la obediencia a Jesucristo por fe y guía a la iglesia dando forma a su enseñanza, su testimonio y su culto. Nos comprometemos a perseverar y gozarnos en la lectura, el estudio y la meditación de las Escrituras [9]. Participamos en la tarea que corresponde a iglesia, de interpretación de la Biblia y discernimiento de lo que Dios dice en nuestro día, examinando todas las cosas a la luz de la Escritura [10]. Los descubrimientos y la forma de entender que traemos al abordar la interpretación de la Escritura han de ser puestos a prueba en la comunidad de fe.
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