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PDF Confesión de fe en perspectiva menonita

Confesión de fe en perspectiva menonita
Iglesias Menonitas de Canadá y Estados Unidos


Artículo 14. Disciplina en la iglesia

Creemos que la práctica de la disciplina en el seno de la iglesia es una señal del perdón y la gracia transformadora que Dios ofrece a los que se están alejando de un discipulado fiel o que han sido rebasados por el pecado. La intención de la disciplina es liberar del pecado a los hermanos y hermanas, para capacitarles para volver a una relación correcta con Dios, y para restaurarles a la comunión de la iglesia. También brinda integridad al testimonio de la iglesia y contribuye a la credibilidad del mensaje del evangelio en el mundo.

Según la enseñanza de Jesucristo y los apóstoles, todos los creyentes participan en el cuidado y la disciplina mutuas cuando sea apropiado. Jesús dio autoridad a la iglesia para discernir el bien y el mal y para perdonar pecados cuando hay arrepentimiento o para retener pecados cuando no hay arrepentimiento [1]. Por eso los creyentes, cuando se hacen miembros de la iglesia, se comprometen a dar y recibir consejo en el seno de la comunidad de fe respecto a cuestiones importantes de doctrina y conducta.

El ánimo mutuo, la atención pastoral y la disciplina deberían conducir normalmente a la confesión, el perdón y la reconciliación. La disciplina para corregir debe ejercerse en la iglesia de una manera redentora. El modelo básico arranca con «hablar la verdad en amor», en una conversación directa entre la persona que yerra y otro miembro [2]. Según cuál sea la respuesta de la persona, la amonestación puede continuar, ampliando el círculo. Aquí generalmente estará incluido el pastor u otro líder de la congregación. Si hace falta, la cuestión puede traerse al fin a la congregación. Un hermano o hermana que se arrepiente debe ser perdonado y se le debe animar a emprender los cambios necesarios.

Si el miembro que yerra porfía en su pecado sin arrepentimiento y rechaza incluso la amonestación de la congregación, puede suspenderse su condición de miembro. La suspensión de la condición de miembro es el reconocimiento de que la persona se ha separado del cuerpo de Cristo [3]. Cuando esto sucede, la iglesia sigue orando por ella y procura restaurarla a su comunión [4].

Reconocemos que la disciplina, entendida y practicada correctamente, apuntala la integridad del testimonio de la iglesia de palabra y de hecho. La falsa enseñanza a porfía y sin corregir y la conducta pecadora entre los cristianos socavan la proclamación y credibilidad del evangelio en el mundo [5]. Como señal del perdón y de la gracia transformadora, la disciplina sirve como ejemplo del mensaje de perdón y de una vida nueva en Cristo por el poder del Espíritu Santo. Como una forma de fortalecer la buena enseñanza y apoyar la conducta moral, ayuda a edificar la fidelidad en el entendimiento y en la práctica.

  1. Mt 18,15-22; Jn 20,21-23; Ga 6,1-2; Dt 19,15
  2. Ef 4,15; Mt 18,15
  3. 1 Co 5,3-5
  4. 2 Co 2,5-11
  5. Mt 5,14-18; Ro 2,21ss
 
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