Refugiados

Aprender con refugiados iraquíes
Fuente: Congreso Mundial Menonita

Dto. de Ain (Francia), 21 de octubre — Movidos por la situación causada por el avance del Daesh (Estado Islámico) a finales de 2014, veinte miembros de tres comunidades cristianas en el pequeño pueblo de Bellegarde decidieron hospedar a una familia de refugiados de Irak. Después de nueve meses de espera, la familia Mikho compuesta por dos abuelas, dos padres y tres hijos, fue anunciada en la estación del tren un sábado por la noche.

Los medios de comunicación estaban ansiosos por mostrar una historia más positiva que la de la decadencia de una Europa temerosa, así que un fotógrafo y un periodista cubrieron la llegada. El desfile de medios continuó durante los días y meses siguientes, haciendo que la respuesta dada en nuestras modestas casas pareciera desproporcionada.

El mes siguiente, la familia recibió unos ingresos mínimos y un subsidio de vivienda. Nueve meses después, la familia ya estaba tan bien integrada que los traductores de árabe al francés ya no se necesitaban más, y tanto el esposo como la esposa tenían empleo. Nuestras comunidades cristianas han sido como una familia nueva para ellos, interviniendo para reemplazar a los de su tierra natal.

La riqueza de habilidades que otros traen a nuestro grupo ha sido valiosa para dar ideas y hacerle saber a la familia que están en casa. Nuestro grupo acompañó a la familia en el proceso de obtener su condición de refugiados, las cartas de residencia, papeles médicos, etc. También apoyamos a los padres en la educación y actividades para los niños, y acceso a un empleo.

Católicos, protestantes, adventistas y menonitas aprendimos a conocernos mejor y a apreciarnos unos a otros al trabajar juntos en esto. A menudo nos encontramos en la situación de ser nosotros los que teníamos que aprender. Cuando yo intento utilizar frases en árabe, me doy cuenta del camino que ellos tienen que recorrer en la dirección opuesta para llegar entenderse con nosotros. En la medida de lo posible, hemos intentado proyectar en pantalla nuestras canciones y lecturas, tanto en francés como en árabe. Nos hace felices compartir con ellos nuestra visión de la fe cristiana.

Ambas abuelas pasan mucho tiempo bordando imágenes coloridas que evocan escenas bíblicas o religiosas. De ese modo descubrimos una cultura ancestral: nuestros amigos iraquíes son de la provincia de Nínive.

Su historia cristiana es impresionante. Desde la época de los romanos, ellos han estado resistiendo influencias del oriente (la enigmática religión persa) y del occidente (Roma, ortodoxia bizantina, islam, e incluso misioneros protestantes y católicos). La intervención armada de los Estados Unidos en el siglo XXI ha acabado con su modo de vida, motivando otras reacciones regionales, con las consecuencias catastróficas que vemos ahora.

Estamos en un caminar con nuestros amigos, un caminar de idioma, historia y cultura. Esto no es solamente sobre si ser acogedores y hospitalarios. Sino sobre si ser hermanos y hermanas para la humanidad que se encuentra al otro lado de nuestras fronteras.

—por Daniel Goldschmidt, un miembro de Eglise Evangélique Mennonite (Iglesia Evangélica Menonita) en Saint-Genis-Pouilly, Francia.