Bangladés

Puentes de paz en Bangladés
Fuente: Eastern Mennonite Missions
por Emily Jones

Salunga (EEUU), 29 de septiembre — Las iglesias de Asambleas de Dios en Bangladés tienen un hondo compromiso con la paz. Cinco distritos de la iglesia en Bangladés recibieron a David W. Shenk para visitar, enseñar y animar a sus congregaciones a arraigarse más que nunca en el camino de la paz de Jesús. Shenk es un especialista muy reconocido en el diálogo entre religiones y actúa como Consultor Mundial de la Misión Menonita del Este (EMM, por sus siglas en inglés). Entre el 29 de agosto y el 10 de septiembre, los miembros de Asambleas de Dios a lo ancho de Bangladés recibieron un estímulo a seguir derribando barreras entre gentes, para construir puentes de diálogo y amistad.

Los talleres de Shenk en Bangladés los organizó Proshant Roy, un pastor bangladesí de Asambleas de Dios. Roy participó en la elaboración de un programa parecido de talleres para Shenk hace cinco años, después de oírle hablar sobre relaciones entre cristianos y musulmanes en un congreso misionero en Kenya de Asambleas de Dios. Desde aquellos primeros talleres, Roy ha estado pidiendo a Shenk que regresara a Bangladés.

—La paz del evangelio es muy necesaria en nuestro país —dijo—. Orad por Bangladés y por nuestras iglesias.

Un hijo de Roy, Timothy, que participa con Shenk en el Equipo de Relaciones Cristiano Musulmanas de EMM, actuó como traductor junto con su padre. Timothy, que estudia en la Escuela Universitaria Cristiana de Lituania, consiguió permiso para empezar el curso escolar dos semanas tarde, para poder acompañar a Shenk. La esposa de Roy, Linda Halder, junto con su hijo Theophil, organizaron el servicio de comidas para cada taller.

Los talleres de Shenk sobre el trabajo por la paz se centraron en la relación cristiano musulmana, que es el campo en el que se ha especializado. Sus charlas fueron muy bien recibidas por el gobierno del país, como una contribución al espíritu de tolerancia religiosa en Bangladés.

Muchos participantes de los talleres de Shenk fueron creyentes nuevos, de diferentes trasfondos. Muchos más fueron pastores y líderes en las iglesias. Algunos viajaron largas distancias a pesar de problemas con el transporte ocasionados por la inundación de ríos y el tráfico atestado por el festival Eid al-Adha. Los talleres se celebraron en las iglesias Asambleas de Dios de Faridpur, Gopalgonj, Khulna y Rangpur.

Mayormente los cinco talleres fueron de dos días de duración. El primer día, Shenk tocó en cosas que los musulmanes quieren saber sobre el cristianismo.

—Hay muchas cosas que derivan en malentendidos porque no se da respuesta adecuada a esas preguntas —dijo.

Según él, las preguntas más frecuentes de los musulmanes a los cristianos incluyen: ¿Qué significa la Trinidad? ¿Qué creéis sobre la identidad y la persona de Jesús? ¿Cómo es posible que Jesús, el Mesías, muriera crucificado? ¿Se ha corrompido la Biblia?

El segundo día de los talleres, Shenk lo dedicó a fomentar el diálogo en grupo, sobre cuatro columnas de la actividad cristiana por la paz: el testimonio, el diálogo, el sufrimiento y la hospitalidad. Shenk indica que en cada uno de los talleres los asistentes participaron en este diálogo con mucho entusiasmo.

Unas 30-45 personas asistieron a cada taller. Shenk ha oído que muchos asistentes a los talleres sintieron que su visita los ha estimulado como activistas por la paz.

—Me hace sentir muy agradecido el haber podido tener un pequeño papel en que esto sucediera —dice. Muchos de los participantes han pedido que los talleres se repitan en el futuro.

Los seminarios de Shenk sobre la actividad por la paz proveyeron un estímulo oportuno después del ataque terrorista del 2 de julio que acabó con la vida de 20 personas de diferentes nacionalidades en la capital, Dhaka. El Estado Islámico se atribuyó el atentado. Debido a la elevada alerta por la seguridad después del atentado, el gobierno proveyó a Shenk protección policial en todos sus talleres. Shenk indica que algunos de los policías tomaron apuntes a lo largo de los talleres, y que uno de ellos se le acercó para hacerle preguntas sobre lo que había dicho.

Un momento inolvidable para Shenk fue viajar al poblado nativo de Roy, remando hora y media por un marjal, en una canoa que hacía agua. Otra sorpresa fue la visita nocturna de nueve policías armados. Shenk, inicialmente alarmado, se repuso al descubrir que su única intención era confirmar que se encontraba seguro.

—¡Cuando seguimos a Jesús, nos encontramos en cada situación! —fue su comentario.