Paso a paso siguiendo al Señor
por Francisco Machado Leiva
Si Jesucristo es tu Señor, él puede cambiar tus planes y darte una nueva labor cuantas veces Él quiera. «Elías salió de allí y encontró a Eliseo hijo de Safat, que estaba arando. Había doce yuntas de bueyes en fila, y él mismo conducía la última. Elías pasó junto a Eliseo y arrojó su manto sobre él. Entonces Eliseo dejó sus bueyes y corrió tras Elías» (1 Reyes 19,19-20). Desde 1982, Juanita y yo fuimos miembros activos en la Iglesia Menonita Hondureña apoyando la plantación de iglesias y ayudando a satisfacer las necesidades sociales de los más necesitados.
Mi fe en Cristo y convicción en los principios anabautistas me llevaron a abogar por los hondureños afectados por la explotación minera a cielo abierto, que es la minería más destructiva y contaminante en el planeta. Me opuse a las políticas gubernamentales que protegen a las compañías mineras en detrimento de los derechos elementales de los campesinos empobrecidos que viven y se expropian en las zonas mineras. Mi influencia e insistencia ante el gobierno para que reformaran la Ley minera puso mi vida en peligro. Un ambiente hostil, que incluyó amenazas de muerte, nos obligó a huir con nuestros cuatro hijos, de Honduras hacia Estados Unidos, donde obtuvimos asilo político. Nuestro sueño de tener una vejez tranquila se había ido, dejamos atrás todo lo que poseíamos. Todo, desde los aspectos materiales a las piezas intangibles de una vida.
En aquel momento no pude entender el propósito de Dios en nuestras vidas en este nuevo nivel, pero ahora estoy seguro de que el Espíritu Santo nos protege para que cumplamos el propósito santo de Dios para el cual fuimos llamados. Así nuestros amigos y la Iglesia nos redimieron de la muerte para hoy ser obreros permanentes en el Reino de Dios.
Por nueve años vivimos en Virginia, EEUU, donde fuimos lideres voluntarios, predicando y discipulando en dos iglesias en Harrisonburg, Virginia. A fin de servir mejor al pueblo de Dios regresamos a la escuela. Yo me gradué del Seminario Menonita Oriental, Juanita estudió en el Instituto Bíblico Anabautista, nuestros cuatro hijos se graduaron de las universidades locales, y felizmente todos servimos al Señor.
Como dice el Apóstol Pablo hemos aprendido a vivir en escasez y abundancia (Flp. 4,12). La experiencia de persecución vivida en Honduras, el exilio, y la inserción en Estados Unidos, nos ha aumentado nuestra capacidad de resistencia. Escapamos de la muerte y comenzamos de nuevo, logrando superar las barreras culturales, lengua, estudios y trabajo, hasta alcanzar una relativa comodidad y sobre todo un sentido de seguridad y paz.
Pero de nuevo Dios tocó la puerta, poniéndonos un profundo deseo de convivir con un nuevo pueblo, un nuevo país. Entonces nos pasó algo similar al profeta Samuel, que oía que lo llamaban y respondió: «Habla, Señor, que tu siervo escucha» (1Sam. 3,10), después de dos años de discernimiento y muchas señales de confirmación. Entre ellas, el sueño o visión de Wendy, la esposa del pastor principal de nuestra iglesia menonita en Virginia.
Se vio a sí misma en una iglesia católica durante la misa. Wendy dijo: «Mientras la gente escuchaba al sacerdote dar la misa, todos estaban dormidos en las bancas. Entonces cuando el sacerdote bajó, yo tome el púlpito y los exhortaba rotundamente diciéndoles: “Jesucristo es el único camino, la verdad, y la vida…” Entonces le pregunté al Espíritu Santo: “¿Dónde estoy?” Y él respondió: “En Guadalajara, España”».
Fue este testimonio lo que nos reconfirmó nuestro llamado misionero a un nuevo continente, al país de nuestros ancestros, a España. Dios nos preservó para sus fines soberanos y toda esta experiencia vivida en Honduras y EEUU nos hace más fuertes en Cristo par ser capaces de enfrentar nuevos retos de migración y adaptación como el ya iniciado en Madrid.
Gracias a Dios y al apoyo de los Menonitas de EEUU y las iglesias anabautistas en España, llegamos a Madrid en septiembre del año pasado (2017). Ahora estamos enfocados en conocer y apoyar la vida de la iglesia anabautista, concretamente en la iglesia «Comunidad Cristiana» de Hoyo de Manzanares. Estamos construyendo relaciones, fortaleciendo la confianza y adaptándonos a la cultura cosmopolita madrileña.
Lo que Dios ha puesto en nuestros corazones y es nuestro compromiso con los que nos apoyan, es trabajar con el apoyo de los cristianos anabautistas locales con el fin contribuir a ayudar a los españoles a descubrir formas sencillas y genuinas de seguir a Cristo, y así comenzar a plantar una semilla a modo de iglesia con principios y valores anabautistas o menonitas en la ciudad de Madrid. Rogamos sus oraciones, para que Dios toque los corazones de los que han de formar parte de esta nueva obra anabautista en Madrid. Gracias.