Nuestra comunidad mundial
El 24 de enero fue el Día de la Fraternidad Mundial de iglesias menonitas y afines (Hermanos en Cristo, Amor Viviente, anabautistas, etc.). El Congreso Mundial Menonita (CMM) patrocina esta celebración anual el domingo más próximo a la fecha del primer bautismo anabaptista, en Zúrich, Suiza, el 27 de enero de 1521. En honor a la ocasión, reproducimos a continuación algunas historias de nuestros hermanos y hermanas alrededor del mundo.
Cursos de Biblia para mujeres de África oriental
Musoma, Tanzanía, 21/12/2015 — La infertilidad, ser madres solteras, la pobreza, educar los hijos, vivir con un esposo que no es creyente o que es infiel, mantener viva la fe en tiempos de desesperanza: las mujeres de África oriental se enfrentan a estas y otras muchas cuestiones cada día.
Gloria Bontrager, que sirve en África con la Misión Menonita del Este, quería enfocar estas cuestiones desde un punto de vista bíblico. Para ello desarrolló dos cursos básicos: Mujeres de la Biblia, y Mujeres en la obra de Dios. Están basados en mujeres de la Biblia cuya fe es ejemplar. Las personas de África oriental se sienten identificadas con la cultura de los personajes bíblicos. Bontrager dice que estas mujeres observan que las luchas que tienen son las mismas, así que se compenetran fácilmente con las mujeres de las historias bíblicas y aprenden de ellas. Estos cursos les hacen ver la historia de mujeres que participaban en la obra de Dios en los Testamentos Antiguo y Nuevo. Son un reto para que la iglesia responda a la labor de del reino de Dios hoy.
—Estos últimos meses hemos estado presentando estos cursos a mujeres en las congregaciones que visitamos —dice Gloria—. Es emocionante ver el entusiasmo en las mujeres y demás líderes que han recibido bendición en el empleo de estos materiales. Los estudios les han hecho más conscientes de su llamamiento a ser discípulos y hacer discípulos—. Las mujeres que participan en los cursos hallan parecidos entre sus propias vidas y las mujeres en la narración bíblica que sirvieron a Dios.
—Esto resulta transformador para ellas —dice Gloria—, porque pueden ver con facilidad que las mujeres tienen un papel importante que jugar en la historia de Dios.
[Adaptado de un comunicado de prensa de la Misión Menonita del Este, escrito por Andrew Mashas.]
Sanar heridas con el arte
Bogotá, Colombia, 12/01/2016 –Durante su período de servicio internacional en Phnom Penh, Cambodia, Keila Viana ha podido observar que el arte puede sanar heridas.
—Creo que durante este tiempo Dios trabajó mucho en mi vida —cuenta Viana, una joven joven de 22 años de la Iglesia Evangélica Menonita Camino de Santidad en Honduras.
Veintidós jóvenes participaron en el programa de la Red de Intercambio de Jóvenes Anabautistas Menonitas (YAMEN, por sus siglas en inglés) desde agosto de 2014 hasta julio de 2015. YAMEN es un programa conjunto entre el Comité Central Menonita (CCM) y el Congreso Mundial Menonita (CMM), para jóvenes de entre 18 y 30 años de edad, que no sean canadienses o estadounidenses. Los participantes deben asistir a una iglesia anabautista en su propio país o servir en una organización anabautista.
Viana trabajó en «Let us create» (Pongámonos a crear), una organización que usa el arte para invitar a niños en condiciones de riesgo, para que puedan sanar heridas que ya los han marcado. Para Viana, esto consistió principalmente en enseñar arte y dar clases de violín. También ayudó a preparar un festival. Los pinceles y su instrumento musical le sirvieron como método para dibujar sonrisas de esperanza en grandes y chicos, hasta entonar todos juntos una melodía por un mañana mejor.
—Dios me enseñó a confiar solamente en Él, y su amor es más que suficiente —dice Viana—. Ahora no tengo miedo de lo que el futuro pueda deparar, porque sé que es Dios quien dirige mis pasos y me da las fuerzas para seguir adelante aun en medio de las pruebas.
Según Viana, esta experiencia le cambió la vida y también su forma de pensar. Ha aprendido a ver a Dios como un ser lleno de amor y misericordia.
—He aprendido a amar con el amor que Jesucristo ha puesto en mí.
En el presente curso 2015-2016, hay unos veinte jóvenes llevando el mensaje de paz a trece países diferentes.
[Adaptado de un comunicado de prensa de CMM y CCM, por Aharón González.]
Un objetor en Corea del Sur
Goshen, Indiana (EEUU), 14/01/2016 — Cuando SangMin Lee (un objetor de conciencia de Corea del Sur de 27 años de edad) fue sentenciado a pasar 18 meses en prisión, la comunidad mundial menonita le brindó apoyo a través de cartas y oraciones. Recuperó la libertad en julio de 2015.
A principios del mes de diciembre, Lee estuvo en la ciudad de Goshen, contando sus experiencias a algunos de los que le habían apoyado. Dijo que ser objetor de conciencia en Coreadel Sur le ayudó a entender y a practicar la paz «de una manera más concreta y tangible».
Lee viene de un hogar cristiano y asistió a una universidad cristiana. Pero en el año 2007 se encontró con un artículo sobre la objeción de conciencia.
—El artículo hablaba sobre cómo Dios amó tanto al mundo —dijo Lee—. Entonces me pregunté: ¿Cómo expresar el amor mutuo en el nombre de Dios?¿Acaso puedo matar?
—En Corea del Sur, es el ejército o la prisión —dice Lee—. Hasta la presunta opción de prestar un servicio sustitutorio exige varias semanas de entrenamiento militar y estar a disposición en la reserva del ejército.
Cada año unos 660 objetores de conciencia acaban en la cárcel en Corea del Sur. Esto es casi el 93 por ciento de los objetores de conciencia encarcelados a nivel mundial.
Lee tardó siete años en pasar por el proceso de condena cuando se negó a prestar el servicio militar. Necesitaba apoyo cristiano para mantenerse firme, así que en 2009 Lee se adhirió a la iglesia menonita Gracia y Paz, de Seúl. Ésta contactó con la comunidad mundial para solicitar apoyo. Se organizó una campaña de envío de cartas. En los meses previos al juicio, el Congreso Mundial Menonita hizo circular la historia de Lee, y las cartas comenzaron a llegar a granel.
Aunque ahora se encuentra en libertad, su condena le ha cerrado oportunidades profesionales. Había estudiado educación infantil, pero no será posible dedicarse a su profesión. Ahora espera poder encontrar trabajo como mecánico en una tienda de motos en Seúl.
—Estoy tratando de vivir una vida normal, buscar una respuesta más simple de cómo vivir —dijo—. Trato de estar agradecido por cada día y hacer que cada día sea tan importante como si fuera el último.
[Adaptado de un comunicado de prensa de CMM, por Madeline Birky para Mennnite World Review.]