Boko Haram

Es la hora de clamar a Dios por nuestros hermanos y hermanas en Nigeria
traducción y adaptación de tres entradas por Sharon K. Williams (EEUU) en www.anbaptistwitness.org, 24 de enero-7 de febrero

EYN, Ekklesiyar Yan’uwa a Nigeria, es la Iglesia de los Hermanos en Nigeria. La Iglesia de los Hermanos es una de las «iglesias históricas de paz», con raigambre en el anabaptismo del siglo XVI y en el pietismo alemán del siglo XVII.

El Rdo. Dr. Musa Mambula es el Director Espiritual de EYN. El domingo 11 de enero hizo una presentación en Pensilvania, EEUU, donde habló de esta iglesia y de la crisis que están padeciendo.

Hay unos 500.000 miembros y un total de 1,4-1,5 millones de personas que se congregan todas las semanas en las iglesias y puntos de predicación de EYN. Las congregaciones EYN procuran activamente llevar a las personas a Cristo, estableciendo para ello puntos de predicación. Mabula opina que esa actividad misionera es el motivo de que Boko Haram los persiga.

Boko Haram es un grupo radical militante que alega ser musulmán y que opera en Nigeria desde 2001. Durante seis años venían incitando revueltas y quemando algunas iglesias y mezquitas. En 2008, empezaron a poner el blanco en las iglesias cristianas. En 2009 dieron comienzo a su alzamiento para instalar un estado islámico en Nigeria. Sus líderes se han formado con Al Qaeda en Paquistán y Afganistán. Al regresar a Nigeria empezaron a reclutar jóvenes para perseguir a su propio pueblo. La región controlada por Boko Haram coincide con una alta concentración de congregaciones EYN.

  «Nuestra meta y nuestra misión es Romanos 12: Amar a los enemigos, orar por los que nos persiguen, darles alimento, agua y cobijo donde dormir. Nuestros pastores instruyen al pueblo que la venganza solamente le corresponde a Dios».  

Para septiembre de 2014, 1,5 millones de personas habían sido desplazadas por la violencia de Boko Haram, de los cuales unos 700.000 son miembros de EYN. De los 50 distritos de EYN, solamente quedan siete funcionando. Además, 278 (de 456) de sus edificios de iglesia y 1.290 (de 2.280) puntos de predicación habían sido destruidos. La mayoría de los pastores de EYN están sin techo; ocho de ellos habían sido asesinados, junto a 8.034 miembros de EYN. Aldeas y ciudades enteras —viviendas, negocios, escuelas, iglesias y mezquitas— han quedado arrasados por bombas e incendios. Desde entonces, estas cifras no hacen más que escalar.

Los medios de comunicación internacionales se lamentan de que sea demasiado peligrosa la región como para informar adecuadamente y verificar las historias de atrocidades que llegan. EYN está documentando meticulosamente estas estadísticas. Conocen la tierra. Conocen a la gente. Conocen a sus vecinos. Saben quiénes son sus enemigos.

Secuestradas
 

Chicas raptadas de Chibok. Dos de cada tres, eran miembros de EYN. La atención de los medios fue intensa pero efímera. La suerte de estas chicas evangélicas dejó de ser noticia.

El secuestro de 276 escolares de Chibok —la mayoría de ellas de último año de instituto, 178 de ellas miembros de EYN— ha sido algo realmente espantoso. Cincuenta y cuatro de estas chicas lograron escaparse del camión esa misma noche de abril del año pasado; pero 218 chicas siguen sin aparecer y se dice que han sido vendidas para esposas de los soldados, o asesinadas. Dieciséis de sus padres y madres han muerto, traumatizados. Lo que es peor es que estas chicas no son más que una proporción ínfima del problema: son 4.500 los niños, niñas y mujeres raptadas; entre ellas, una ministra de EYN, la esposa embarazada de un pastor, y sus tres hijos.

—Los miembros de EYN permanecen firmes en la fe, con vigor y vitalidad, alabando a Dios por todo lo que Dios hace por ellos —dice Mambula—. Seguimos vivos. Nuestra meta y nuestra misión es Romanos 12: Amar a los enemigos, orar por los que nos persiguen, darles alimento, agua y cobijo donde dormir. Nuestros pastores instruyen al pueblo que la venganza solamente le corresponde a Dios.

—Boko Haram no ataca a EYN por ser una iglesia pacifista —añade—. Nos atacan por nuestra actividad misionera.

EYN está reubicando a su gente en el centro y sur de Nigeria. Cuatro mil musulmanes desplazados se encuentran alojados también en los cuatro campamentos de EYN en la vecina Camerún. De los 20.000 cristianos refugiados allí, 14,734 son miembros de EYN. También viven allí 18 pastores, que prosiguen con su obra de evangelización. Cientos de personas han recibido el bautismo. De los 207 niños nacidos en los campamentos, 60 han sido dedicados al Señor.

Este otoño los ataques de Boko Haram cerraron la sede central de EYN y la Escuela Universitaria Bíblica Kulp, en Mubi. Se han reubicado en Hillcrest, un complejo escolar de primaria y secundaria de EYN, en Jos. Desde allí se coordina la distribución de alimentos, la reubicación de refugiados, y todo tipo de necesidades de ministerio y misión y comunicaciones. Es una labor inmensa que cuenta con muy pocos apoyos externos, aparte de los fondos y obreros fraternales que les llegan de la Iglesia de los Hermanos en EEUU, así como de algunos otros grupos.

—¿Tenemos esperanza? —pregunta Mambula—. ¡Por supuesto! EYN volverá a surgir, porque son muchos los que oran por nosotros. ¿Cómo es que tenemos esperanza? Porque la gente está orando. Nuestros corazones siguen ahí. No nos vengaremos ni pelearemos contra ellos. Lo que haremos es servir al Señor con todo lo que tenemos. Adoraremos al Señor bajo los árboles todos los domingos. No somos los únicos en esta situación. Si persiguieron a Jesús, es natural que vengan a por nosotros. Estamos dispuestos a morir por el evangelio, a servir al Señor con todo el corazón, la mente y el alma. Las Escrituras nos hablan muy personalmente. Estamos viviendo lo que describe 2 Corintios 1,3-11. EYN no se va a rendir. Avanzaremos.

  «Si persiguieron a Jesús, es natural que vengan a por nosotros».  

¿Qué hacer, cómo apoyar a estos hermanos en la terrible persecución que están padeciendo?

Orar, ayunar, lamentar, dar testimonio. Se me ocurren cien formas de enfocar mis oraciones a Dios por EYN, por Boko Haram, por el pueblo de Nigeria. A ti también se te están ocurriendo.

—Sigamos orando —dijo Mambula—. Algo hará que Boko Haram entienda, que cambie. Entonces tendremos paz, una paz que el mundo no nos puede robar. Lo que ha de hablar es nuestro testimonio: tenemos que poner en práctica el fruto del Espíritu.

Por cuanto nuestros hermanos de EYN dan testimonio de que Romanos 12 y 2 Corintios 1,2-11 les están dando claves esenciales para saber cómo vivir en medio de esta persecución, son pasajes clave también para orientar las oraciones de todos aquellos que el Espíritu Santo está convocando para involucrarse activamente en este ministerio de intercesión.