¡Ahora más que nunca!
Un mensaje sencillo de bienvenida
Walt Wiltschek, en la web de Mennonite Church USA
Harrisonburg (Virginia, EEUU), 7 de febrero — ¿Quién se hubiera podido imaginar que once palabras en un letrero pequeño de cartón, acabarían teniendo un impacto monumental? Sin embargo, como el grano de mostaza bíblico, una idea pequeña que empezó hace un año y medio en una iglesia menonita del valle del río Shenendoah, ha hecho mucho bien.
Matthew Bucher, pastor de la iglesia Immanuel Mennonite Church en el centro de Harrisonburg, cuya asistencia media es de entre 35-40 personas, dice que el único secreto es ser fieles.
—Una afirmación que es medular para la identidad de nuestra iglesia es: «Personas de verdad que siguen el llamamiento radical de Jesús al amor y al servicio» —dice Bucher—. Queremos estar presentes con los que tenemos más cerca, los más próximos.
Para la iglesia Immanuel, eso incluía las muchas familias de inmigrantes presentes en su barrio urbano.
El resultado fue el primer letrero, escrito a mano sobre madera en el frente de su iglesia en septiembre de 2015, con un mensaje de bienvenida en español, inglés y árabe, los tres idiomas más hablados en el barrio, según Bucher, que además de haber estudiado en el Centro por la Paz y Justicia de la Universidad Menonita del Este, ha pasado cuatro años en Egipto y habla árabe.
El mensaje sencillo del letrero es: «No importa de dónde eres, estamos contentos que seas nuestro vecino».
Ese acto de testimonio no tardó en llamar la atención —una atención sobresalientemente positiva— y empezó a multiplicarse, cuando otros empezaron a solicitar copias del letrero. En vista de la atención renovada en cuestiones de inmigración en las últimas semanas en EEUU con el veto del nuevo gobierno a la entrada de ciudadanos de siete países de mayoría islámica, ese testimonio ha crecido exponencialmente.
—El interés ha alcanzado un pico dramático en estas dos últimas semanas —dice Bucher.
La última vez que hicieron cuentas, hace cuatro meses, Bucher dice que se habían distribuido más de 4.000 letreros por todo el país. Ahora calcula que el total sobrepasa los 6.000. La iglesia Immanuel ha vendido unos 1.700 letreros de la primera impresión encargada a una empresa local de fábrica de letreros. El Parvulario Roberta Webb, que comparte el espacio de la iglesia, ha vendido otros 800. Las iglesias del distrito de Harrisonburg y otros socios han echado una mano con la distribución. Los fondos vienen de un precio de 10 dólares por letrero; todas las ganancias por encima de gastos, se donan a organizaciones locales de servicio, o bien a la ONG internacional Comité Central Menonita.
—Yo entiendo que se trata de personas que siguen a Jesús, que quieren representar simbólicamente, de alguna manera, lo que significa seguir a Jesús —opina Bucher—. Es quien somos.
Dice que están preparando más proyectos de solidaridad. Por ahora, los letreros siguen dando testimonio. Cada letrero a tres colores comunica su mensaje de bienvenida en tres idiomas; y ahora hay disponibles versiones con un total de nueve idiomas: el hindi, el somalí y el chino se encuentran entre las últimas variantes que se han ido confeccionando por pedidos especiales. Están a la venta en todo EEUU, por medio de diferentes webs de internet.