Archivo histórico
Una carta de ánimo
[A Elisabet (Lijsken) Dirks y su esposo los arrestó la Inquisición por anabaptistas, en Amberes, en 1551. Se conserva la correspondencia entre ellos estando en la cárcel hasta que murieron mártires. Lijsken había dado a luz durante sus prisiones.]
Lijsken, a su marido Jerónimo:
La gracia, paz y gozo que dejó Cristo a sus discípulos sean contigo. Ruego con corazón sincero que nos conceda tal amor y espíritu firme, que seamos hallados dignos de recibir las hermosas promesas que nos ha dado si somos constantes hasta el final. A Cristo sean la alabanza y el honor por siempre jamás, amén. […] Ruego al Señor noche y día que esta prueba culmine en salvación de mi alma —1 Pedro 1,7— para alabanza del Señor y edificación de mis queridos hermanos y hermanas. Amén.
Nicolás […] trajo dos curas para instruirme, a quienes respondí por la gracia del Señor. […] Me dijeron que eran los enviados a sentarse en el trono de Moisés. A lo que respondí que son para ellos los ayes de Mateo 23,13-14. […] Les dije que estaban siempre aprendiendo pero eran incapaces de alcanzar el recto conocimiento de la verdad —2 Timoteo 3,7. […] Al final se santiguaron varias veces y dijeron que ya vería yo cuando me encontrara ante el juicio. Es verdad —les dije— porque allí seremos nosotros jueces para juzgar a esta generación desobediente y adúltera —Mateo 19,28. Entonces se marchaban pero les dije que habían venido de parte de Satanás para asesinar y matarme el alma.
Una vez más te deseo —querido esposo en el Señor— y a mí, el Cristo crucificado como gozo imperecedero y amor inagotable por toda la eternidad. Amén.
[Tomado del Espejo de los mártires, recopilación anabaptista de historias de mártires cristianos.] |