El Mensajero
Nº 104
Octubre 2011
CCM-adventistas

Adventistas del Séptimo Día y
Congreso Mundial Menonita
entablan diálogo

Comunicado de prensa, CMM

Silver Spring, Maryland (USA), 17 agosto — Algunos Representantes de la Conferencia General de Adventistas del Séptimo Día y del Congreso Mundial Menonita mantuvieron la primera de varias conversaciones programadas, entre el 28 de junio y el 1 de julio, 2011, en Silver Spring, Maryland (USA), en la sede mundial de la Iglesia de los Adventistas del Séptimo Día.  Dicha denominación cuenta con 17 millones de fieles.

Durante cuatro días, los representantes de sendas comuniones mundiales intercambiaron ideas y perspectivas, centrándose en el tema: «Vivir la vida cristiana en el mundo de hoy».  Después de que cada grupo diera una visión panorámica de la historia de su comunión, ambos grupos presentaron sendas ponencias sobre los temas de paz, no violencia y servicio militar; discipulado e inconformismo con el mundo; salud, sanidad/salvación y ecología; y la naturaleza y misión de la iglesia.

El Congreso Mundial Menonita estuvo representado por Jack Suderman (Canadá), secretario adjunto de la Comisión de Paz del Concilio General y copresidente del diálogo ASD/CMM; Danisa Ndlovu (Canadá), presidente de CMM; Tom Yoder Neufeld (Canadá) y Valerie Rempel (USA), de la Comisión de Fe y Vida; Henk Stenvers (Países Bajos) de la Comisión de Diaconía; y Patricia Urueña (Colombia y Ecuador).

Durante los últimos siete años, dijo Suderman, el interés de los ASD en investigar y recuperar sus afinidades anabaptistas les ha llevado a solicitar este diálogo.  Los Menonitas/Anabaptistas, tienden e estar mucho menos informados de los puntos en común con los Adventistas, aunque las afinidades se hicieron evidentes de inmediato al iniciarse las conversaciones.

Los adventistas y anabaptistas devienen de trasfondos muy diferentes: los menonitas, del movimiento anabaptista durante le Reforma en el siglo XVI; y los adventistas, del Segundo Gran Despertar en los EE. UU. durante el siglo XIX.

Comparten el deseo de recuperar la autenticidad y pasión de la iglesia del Nuevo Testamento, un compromiso a constituir un pueblo que se alimenta de la Biblia, un sentir de que la obediencia conlleva no conformarse a este mundo, una forma parecida de entender la historia cristiana, y un fuerte compromiso a ser seguidores de Jesús en sus vidas personales y en su testimonio como cuerpo en el mundo.

Cada comunión trajo a este diálogo una honda experiencia de lo que significa vivir la fe cristiana habitualmente como una voz minoritaria en el mundo, y enfatizaron la importancia del discipulado y la vivencia práctica de la fe cristiana.  Juntos entienden que los cristianos viven «en el mundo» a la vez que no son «del mundo».  En sus años iniciales la Iglesia Adventista enfatizó la importancia de vivir en comunidad, era pacifista, enseñaba el bautismo de adultos y estimulaba el discipulado de Jesús como Señor, de maneras muy semejantes a las del anabaptismo.

El diálogo incluyó también compartir honesta y sinceramente los retos que ambas iglesias tienen que afrontar en cuanto al inconformismo con este mundo, ser hacedores de paz y objetores del servicio militar, eclesiología, salud y sanidad y el respeto del medioambiente.  Por consiguiente, ambas comunidades tienen por delante el reto de conservar la importancia de sus prácticas y creencias históricas.  Los adventistas y anabaptistas se despidieron con una valoración positiva de la diversidad de los dones que cada cual aporta y contribuye al Cuerpo de Cristo.

«Al sentarnos a hablar con los de creencias distintas, adquirimos una comprensión más profunda de quiénes son ellos» —dijo John Graz, Director de Asuntos Públicos y Libertad Religiosa de la Iglesia Adventista, cuyo departamento organizó el evento de 28 de junio-1 de julio en su sede mundial.

Danisa Ndlovu expresó su agradecimiento a la Iglesia Adventista por hacer de anfitriona para esta primera conversación.  «Cuando uno observa las personas desde cierta distancia, es imposible afirmar que los conoce —dijo—.  Pero es diferente cuando uno se sienta con alguien para un intercambio de ideas.  Ahora podemos decir que os conocemos».

Tres temas a los que los Adventistas dan mayor importancia que los Menonitas, serían la teología del día Sábado, el interés en una vida sana en un marco vegetariano, y la Segunda Venida de Cristo.  Los adventistas celebran su Sábado —su día de culto— desde la puesta del sol del viernes hasta la del sábado.  La delegación del CMM expresó interés en experimentar cómo los adventistas guardan el Sábado; por lo cual se quedaron un día más para poder asistir a una cena la noche del viernes y un culto del Sábado.

Los miembros de la delegación del CMM también se interesaron en aprender cómo la Iglesia Adventista enfatiza y pone recursos para los temas de una vida saludable, así como la libertad de religión.  La Iglesia Adventista incorpora la salud como una parte integral de su fe, y opera la mayor red integrada de hospitales protestantes en todo el mundo.

Los representantes del CMM también compararon la estructura de su comunión mundial con la de la Iglesia Adventista.  La mayoría de las congregaciones relacionadas con el anabaptismo son autónomas, lo cual genera una enorme diversidad, observó Suderman, antes Secretario General de la Iglesia Menonita de Canadá.

En la Iglesia Adventista, la teología y dirección procede de la sede mundial de la Conferencia General y se comunica a los otros cinco niveles de gestión, a saber: las Divisiones, las Uniones, las Conferencias, y las Congregaciones locales.  Puede que  esta estructura de gestión tenga mucho que ver con el notable éxito numérico que goza la Iglesia Adventista, comentó Suderman.

La próxima conversación, convocada para el año que viene en Suiza, explorará otros temas tales como la interpretación de la Escritura, la escatología, el Sábado y el culto, y áreas de testimonio y misión en común.

El Congreso Mundial Menonita (CMM) es una comunidad mundial de iglesias cristianas cuyas raíces se encuentran en la Reforma Radical del siglo XVI en Europa —en particular, el movimiento anabaptista.  Hoy son más que 1.600.000 los miembros de esta familia de la fe; más de 60% son africanos, asiáticos y latinoamericanos.  CMM representa unas 100 Conferencias Nacionales de Menonitas y Hermanos en Cristo, de 57 países en seis continentes.
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