Colección de lecturas
 

Corrientes anabaptistas
La historia en conversación con el presente


Anabaptist Currents: History in Conversation with the Present
Carl F. Bowman and Stephen L. Longenecker, eds.
Copyright © 1995 Forum for Religious Studies
Bridgewater College — Bridgewater, Virginia (USA)
Traducción: Dionisio Byler, 2008, para www.menonitas.org


Conversación II
Maneras anabaptistas de entender la salvación

  1. Maneras de entender la salvación. La iglesia, la experiencia pietista y la «no resistencia»
    por J. Denny Weaver
  2. Una fuerza delicada. Perspectivas contemporáneas para entender la salvación
    por Virginia Wiles

Estos ensayos por J. Denny Weaver y Virginia Wiles, nos brindan un contraste en maneras anabaptistas de entender la salvación.  Pero a pesar de sus diferencias, ambos concluyen que la no resistencia [1] resulta crítica y que la iglesia de hoy día debe mantenerse en ella.
Weaver aporta una manera fresca de abordar el antiguo debate sobre el impacto del pietismo  —o revivalism, la experiencia y predica de «avivamiento»— en las creencias tradicionales anabaptistas, especialmente la «no resistencia».  Su análisis de escritos de autores Amish y Menonitas del siglo XIX, le lleva a concluir que su eclesiología (su manera de entender el lugar de la comunidad de fe) influye más que su soteriología (su manera de entender la salvación) para preservar las creencias anabaptistas.  Cuando la eclesiología permite que la espiritualidad interior del individuo se desarrolle sin la guía de la comunión, entonces el pietismo puede potencialmente minar el compromiso con la comunidad de fe —un rasgo medular del anabaptismo.  Cuando la eclesiología, por lo contrario, conserva las «dimensiones sociales de la salvación», la experiencia pietista puede en efecto fortalecer la dedicación a la iglesia y a su posición tradicional de «no resistencia».  Por consiguiente, Weaver razona que el futuro de las denominaciones en tanto que «iglesias de paz», depende de que mantengan con claridad el lugar de la comunidad de los creyentes, más que de un redescubrimiento del pietismo.

Wiles se muestra de acuerdo con que la «no resistencia» es medular para la fe y propone que sólo los creyentes la pueden llevar a la práctica.  Apoyándose en su propia traducción de Filipenses 2,1-13, sostiene que la salvación por medio de Cristo aporta fortaleza más que pasividad ni «mutua humildad entre humanos».  Está de acuerdo con Weaver en cuanto a que la comunidad de fe es indispensable para desarrollar el amor al enemigo, pero se queja de que suele descuidar la edificación de los propios miembros.  El énfasis en una «no resistencia» humilde y pasiva, en lugar de una «no resistencia» activa, desemboca en que los creyentes no sepan reafirmarse en una fuerza que les es propia en Cristo.  Cuando se desarrolla este poder, los individuos aprenden que no deben padecer la victimación, y se encuentran mejor capacitados para «ponerse firmes» y «plantar cara».  Según Wiles, la sociedad del siglo XXI necesitará desesperadamente el testimonio anabaptista, de una fortaleza apacible.


1. Basado en una frase de Jesús en el Sermón del Monte (Mt 5,39), la expresión «no resistencia» es un término tradicional en las «iglesias de paz» para describir su doctrina de no devolver mal por mal.  (N. del tr.)