Washington
Danielle Gonzales, coordinadora de proyectos de inmigración de MCC.USA; Hyun Hur de ReconciliAsian, y Samuel Resendez de Iglesia La Roca, hablan con Krystal Ka'ai y Rricha Mathur, asistentes de la Representante de California Judy Chu, acerca de políticas de inmigración.  [Foto: MCC/Rhonda Dueck]

Líderes anabautistas piden mejores políticas de inmigración en EEUU
Por Cherelle Dessus, publicado por Mennonite Church USA

Washington, EEUU, 9 de abril — Diecisiete líderes de congregaciones de los Hermanos en Cristo, Hermanos Menonitas e Iglesia Menonita de EEUU abogaron por mejores políticas de inmigración en 30 oficinas de congresistas que representan a ocho estados, a fines de febrero.

Los líderes hablaron con asistentes legislativos acerca de los problemas que las actuales políticas de inmigración están causando en sus comunidades. También instaron a sus legisladores a apoyar un proyecto de ley que dé a los inmigrantes indocumentados que fueron traídos a EE. UU. en su infancia, una vía hacia la ciudadanía. Y pidieron que no se asignasen fondos para más muros fronterizos ni más deportaciones.

La Oficina de Washington de MCC-USA hospedó al grupo el 27 y 28 de febrero. Personal de MCC preparó a los participantes para las reuniones que sostendrían en el Capitolio, y les apoyaron mientras hablaban con miembros del personal legislativo e informaron posteriormente de lo sucedido. El evento fue financiado y planeado conjuntamente por la Oficina de Washington y la Iglesia Menonita de EEUU, y fue coordinado por Danielle Gonzales, coordinadora de proyectos de inmigración de MCC-USA. Una delegación similar vino a Washington en 2013.

—Trabajar con la Oficina de Washington de MCC U.S. para organizar una segunda delegación de líderes de la Iglesia Menonita de EEUU le da a la iglesia una oportunidad para compartir nuestras historias como inmigrantes y como líderes —dijo Iris de León-Hartshorn.

De León-Hartshorn es directora de acción transformadora por la paz para la Iglesia Menonita de EEUU y ayudó a planear la delegación como una respuesta continuada a la Declaración conjunta sobre inmigración de 2014 de la Iglesia Menonita de EEUU.

—Mi esperanza y oraciones están puestas en que los corazones sean abiertos para oír lo que les cuentan y que tengan la valentía moral para hacer lo que es correcto —añadió.

El primer día, Tammy Alexander, Asociada Legislativa Principal para Asuntos Nacionales de la Oficina de Washington, analizó la legislación migratoria y describió las expectativas con respecto a las reuniones con los legisladores. El grupo también conversó acerca de cómo las políticas federales de inmigración estaban afectando a cada una de sus comunidades.

—Hay personas en mi comunidad que están siendo deportadas. No sé qué le pasa a este mundo. Estoy enfadada —dijo Esmirna G. Maldonado de Martins, de la Iglesia Menonita Salem en Wooster, Ohio, a otros participantes del grupo—. Casi todos en este país son inmigrantes o descienden de inmigrantes, pero nos tratan como si no fuéramos nada.

Muchos líderes eclesiales compartieron que los inmigrantes constituyen un gran porcentaje de sus comunidades. Algunas iglesias están experimentando deportaciones dentro de sus congregaciones, mientras que otras están ofreciendo «santuario» (albergar a un inmigrante indocumentado que está en riesgo de deportación).

—Vinieron por una persona, pero se llevaron a dos familias —dijo Sandra Montes-Martínez refiriéndose a miembros de su congregación, Iglesia Monte Horeb en Grand Prairie, Texas, que fueron deportados recientemente.

Los participantes discutieron la necesidad imperiosa de políticas de inmigración que proporcionen una vía hacia la ciudadanía para los inmigrantes indocumentados, acojan a los refugiados y traten a los inmigrantes con dignidad y respeto.

Inicialmente, algunos de los líderes de iglesia contemplaban con nerviosismo la idea de participar en las reuniones en el Congreso de EEUU, pero, a medida que fueron preparando los temas que querían tratar y reuniendo historias personales, su confianza fue en aumento. Los líderes sintieron el llamado a orar por los legisladores mientras hablaban de asuntos importantes para sus congregaciones y comunidades. Además de su deseo de apoyar a los inmigrantes en sus comunidades, los líderes eclesiales señalaron que sus motivaciones más profundas para participar en estas reuniones provinieron del reconocimiento de la injusticia de las actuales políticas de inmigración y de su convicción de que gran parte de esta injusticia nace del racismo y el miedo.

Cuando regresaron a la Oficina de Washington tras sus reuniones en el Capitolio el 28 de febrero, muchos informaron que sus encuentros fueron positivos. Algunos dijeron que sus legisladores apoyan la legislación que pedían. Otros mencionaron que, aunque sus legisladores no están de acuerdo con su postura política, sus asistentes, no obstante, escucharon sus recomendaciones con gran interés.